Sonia García
Durante el siglo XIX el repertorio de la música
“culta” salía a la calle, pero no parecía darse el movimiento inverso, es
decir, el teatro y la música popular, marginados por la mentalidad colonial,
permanecían en la calle, sin acceso a la sala de espectáculos, ni recibieron
mayor atención de cronistas y viajeros. Una de las raras referencias en ese
dominio es la mención de un actor popular llamado Pancho el Pájaro –acaso por
sus dotes de acróbata–, pero no está claro si se trata de un solo personaje, o
de dos de nombre semejante. Así señala Pedro Elías Marcano en sus crónicas de
Cumaná, que Francisco Sánchez actuó en esa ciudad en 1828, 1834, 1840 y 1860,
mientras el cronista caraqueño Lucas Manzano habla de Francisco García o Pancho
el Pájaro, que actuaba en Caracas por 1874. Así resulta extraño que un individuo
que ya actuaba en 1823 estuviera haciendo actos de equilibrismo cincuenta años
después. En el Registro Principal de Cumaná (t. v, número 102, 13 de enero de
1823) se encuentra una solicitud de actuación del “profesor de volatines”
Francisco García, llamado Pancho el Pájaro, natural de Maracaibo y residente en
Cumaná.
En Caracas Pancho bailaba la burriquita por las
calles seguido de sus músicos, hacía acrobacias, tragaba fuego y vidrio y se
atribuía la propiedad de convertirse en “tronco de palo” mediante una oración
secreta, lo que remite a creencias indígenas que otorgan al brujo el poder de
convertirse, a voluntad, en objeto o animal. Por otra parte en la tradición
popular venezolana del siglo XIX el volatinero era un personaje con halo de
mago o brujo y de músico.
Cuenta Manzano que Pancho tuvo un fin trágico,
posible venganza urdida por gente importante, pues en una fiesta ofrecida por
el presidente de turno, Pancho cantó coplas pícaras trajeado de elegante
burriquita, en imitación de las damas caraqueñas. Esto, señala Manzano, pudo
haber suscitado una venganza, ya que más tarde, cuando el actor realizaba un
espectáculo de equilibrismo en El Portachuelo, las bases de la cuerda cedieron,
corroídas por ácido muriático. Pancho murió al caer a tierra... ¿Se trata del
mismo personaje que actuaba ya en Cumaná por 1823?
Tomado de “Teatro y música en Cumaná en el siglo XIX”,
de Sonia García. Anuario de Estudios Bolivarianos / Año xii, número 13,
2006 / pp. 39-63
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