Turismo y Gastronomía

El Pilar


El Pilar es la capital del Municipio Benítez. Fue fundada el 1º de mayo del año 1662, con el nombre de “Nuestra Señora de El Pilar” por el padre fray Francisco de Carabantes, cerca de la zona llamada Los Llanos. Fue destruida por los asediados indígenas Caribe. Luego fue reedificada el año 1675, en el Valle de Chupampar, muy lejos del primer lugar. Después fue movida al Valle de Chicauntar donde está actualmente. Estas últimas fundaciones fueron realizadas por el padre Felipe de Hijar. Fue convertido en pueblo de doctrina en el año 1712 y luego en parroquia. Sus libros parroquiales se conservan en Carúpano en los archivos de Santa Rosa; hay libros que datan del año 1734. 

El acceso terrestre se hace desde Carúpano o Yaguaraparo (troncal 9). Desde Carúpano son cerca de 26 km (en vehículo es alrededor de 40 minutos). Desde Cumaná son 137 km aproximadamente. 

La capital del municipio Benítez esta construida en una meseta rodeada de vegetación selvática. En la iglesia y plaza Bolívar, tiene una altitud de 74 metros sobre el nivel del mar. A 6 km., de distancia está la quebrada Antonio Díaz y pueden observarse restos de sus haciendas de cacao. 

El Pilar ha dado buenos artistas populares, entre ellos se cuenta Carmen Ramón Rodríguez, nacido el 16 de julio de 1953, diestro tallista de madera y honrado con el título de Patrimonio Cultural Viviente del Estado Sucre. 

Se destacan otros tallistas de la madera, la artista Cenobia del Carmen Fernández, nacida el 29 de octubre de 1932, e Iraida Fernández, ceramista, nacida el 16 de julio de 1960.

El municipio Benítez


Benítez es el municipio más extenso del estado Sucre. Su principal característica es su naturaleza tropical de selvas, ríos, caños y azufrarles. Ofrece numerosos atractivos para turismo de aventura, con sus inmensos humedales, el lago de asfalto de Guanoco, el gran río San Juan, los bosques de mangle, la cría de búfalos, las selvas vírgenes, y sitios pintorescos como la quebrada Antonio Díaz, con su lecho de caliza en el cual se encuentran fósiles de ruditas y gasterópodos de mucho interés para la geología. También pueden observarse restos del viejo esplendor colonial de sus haciendas de cacao. En el caño Guanaco pueden capturarse ejemplares de colección de camarones de río, investigados por especialistas en la materia. De las muy antiguas tribus de los Guaraúnos quedan representantes suyos al sur de Guariquén, y muestras de su labor se exhibe en la Casa de la Cultura del Pilar. 

En 1909 se reorganiza la división político territorial de Venezuela y al estado Sucre se le da la composición político-territorial integrada por nueve distritos, entre los cuales está el Distrito Benítez, capital El Pilar. El ahora municipio Benítez abarcaba una superficie de 2.733 Km2, hasta los límites con el actual municipio Libertador, representa la sexta parte del territorio del estado Sucre. 
Todo este territorio está enclavado en la zona sucrense donde la pluviosidad es más acentuada, 1440 mm al año, que se explica por el paso de la corriente ecuatorial del sur del golfo de Paria; casi todo el municipio presenta clima de bosque húmedo perennifolio. Esta cruzado por varios ríos, el San Juan, Pilar, Tunapuy, Guanoco y los caños Ajíes, Guariquén, Guaraúnos, y el gran reservorio de aguas Parque Nacional Turuépano. 

A 15 minutos de El Pilar, pasando por las poblaciones Los Arroyos y Guata, se encuentra Puerto Ajíes, en cuyo extremo oriental aguardan un grupo de curiaras (lanchas de pequeña eslora), que navegan durante la bajamar por los intrincados caños. Viajando por estas vías fluviales, cuyo curso busca el Delta del Orinoco, el paisaje es acompañado por gráciles corocoras (Ibis escarlata) que con sus largos picos revisan curiosas la marisma en búsqueda de sustento. Aves diversas, toninas, reptiles e insectos de todo tipo tienen su hábitat en este agreste y hermoso ambiente. 

Continuando con el viaje fluvial encontrarás el Parque Nacional Turuépano, el cual está integrado por un grupo de intrincados canales y caños de agua salobre, que se convierten en una suerte de formaciones deltáicas, que es interrumpida ocasionalmente por islotes, compuestos por árboles de mangle rojo, blanco y negro, en los que las diversas criaturas del lugar obtienen sustento y refugio. Pasear en lancha por Caño Viejo, Laguna Blanca y las islas de Turuépano y Ántica redunda en un espectáculo visual que es dominado por los árboles y las corrientes, en los que se puede pescar o sencillamente deleitarse con el vuelo y trino de las miles de aves que circundan el lugar. 

El ambiente húmedo reinante no es impedimento para realizar animosas caminatas en las islas de este parque nacional sucrense. Una de las mejores -de 45 minutos de duración- tiene como destino la cascada Turuépano, una caída de cerca de 10 metros de altura, que culmina en una poza de aguas azules que se convierte en un fresco riachuelo alimentador de este sistema de canales que busca al mar. 

El atardecer trae consigo la posibilidad de ver, en un extenso santuario ubicado a sólo 20 minutos de navegación desde Punta Evaristo, el arribo de decenas de miles de corocoras escarlata, que regresan a descansar sobre los árboles, después de un largo día. 

Opciones turísticas organizadas, como el campamento Orinoco Paria, ofrecen paseos nocturnos de observación de caimanes, en los que se puede apreciar a estos reptiles en su ambiente natural, que al recibir en sus ojos el haz de luz de una linterna, entran en una especie de fascinación, que les permite ser manipulados por los guías de esta experiencia. Como recomendación, además de vestir prendas frescas y utilizar protector solar, el visitante debe viajar “armado” con loción repelente de insectos, que le ayudará a combatir el permanente embate de los jejenes, puri-puris e incluso tábanos, cuyos hábitos hematófagos pueden llenar su piel de picaduras. 


Fuente: http://turismosucre.com.ve/pueblosyciudades/elpilar/

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