Ciudad Cultural

Cleto Rojas, pintor de la felicidad ideal



“…empecé pintando con el carbón del fogón de mi mamó. Un día preferí comprar una caja de colores que vi por primera vez a los catorce años, en vez de una merienda, luego hice muñecos y loterías; empecé a pintar por los años ‘70 en Caracas... y ahora, volví a hacer escultura...”


Nace el 26 de abril de 1928 en Casanay, Municipio Andrés Eloy Blanco. Vive y trabaja en la Calle Palencia Nº 18 cerca de la Plaza con su esposa, hijos y nietos. En el patio de la casa, bajo un fresco techo de paja, pinta grandes cuadros reinventando a la mujer deseada, exquisita, la siempre bonita, rodeadas de un ambiente colorido.

Por la grandeza de su obra en todos los aspectos fue nombrado Patrimonio Cultural Viviente del Estado Sucre desde el año 1995 y ha sido merecedor de los premios más importantes en el ámbito de Salones y Bienales Nacionales.

Cleto enamorado de la vida y sus placeres, crea su propio mundo y lo habita con voluptuosas y seductoras odaliscas irresistibles que, cual la hechicera Calipso, invitan a permanecer para siempre con ellas en un ambiente encantado y sin tiempo. Las Odaliscas de Cleto, siemre sensuales y seductoras, invitan al amor, reclinadas a la sombra de grandes casas coloniales rodeadas de exóticos jardines sólo comparables a los descritos en Las Mil y Una Noches. Su pintura refleja una felicidad ideal que solo existe en su imaginación, no dejando lugar para la angustia, la tristeza o el dolor. Todo en su obra es un canto a la alegría de vivir y a los placeres terrenales. Otros temas abordados con menos frecuencia son: la típica epopeya de los Héroes Nacionales, Bolívar y Sucre son representados con sus trajes de gala, llenos de laureles y galones dorados, entrando triunfalmente y aclamados por el pueblo. Las vistas panorámicas de ciudades como Casanay, Carúpano, Cumaná y Caracas, son frecuentes con múltiples escenas que ocurren simultáneamente. Son famosos sus charros, (galanes mujeriegos y parranderos). Y también sus interpretaciones con minifalda y piernas cruzadas de la Mona Lisa, llenas de humor y erotismo.

Autor: Jorge Peña


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