La poesía siempre tuvo
exigentes representantes en Cumaná. Y uno de los periodos de mayor actividad
fue el comienzo del siglo XX, que vio florecer una generación de poetas de gran
sensibilidad y dominio técnico en las formas tradicionales. No todos alcanzaron
la difusión que merecían, siendo que algunos nunca vieron publicar sus poemas
en forma de libro. Sin embargo, las revistas y periódicos de la época publicaron gran parte de esa producción, lo que nos
permite presentarlos a los lectores actuales. Los dos poemas que siguen fueron
recogidos por Ramón Ordaz en el libro Poetas olvidados, editado por la
Dirección de Cultura y Extensión de la Universidad de Oriente.
Otoñal
Mario
Gómez
Bajo
el prestigio de la tarde rosa,
Fuimos
al campo. ¿Lo recuerdas, Caro?
Y
vivimos la historia más hermosa
De los
naranjos al risueño amparo.
Asida
de mi mano temblorosa
Fue el
arroyuelo nuestro espejo claro
Y en
el fondo del agua milagrosa
Descifrar
vimos el enigma raro.
Cayeron
dos naranjas, las miraste
Con la
avariente ofuscación de un chico,
En tus
pupilas se pintó el anhelo
Y
cuando a recogerlas te inclinaste
Vi dos
palomas de rosado pico
Como
queriendo levantar el vuelo
Oro
y sangre
Rosa
Alarcón Blanco
Con la
sonoridad de sus dos nombres
Dos
sitios cantan tu radiante gloria,
Te
hicieron astro en nuestra magna historia,
Te
hicieron grande entre los grandes hombres.
Con
oro y sangre allí quedó grabada
Tu
fama, con sus nombres confundidos,
Con la
sangre de todos los heridos
Y el
oro puro de tu noble espada.
Fuiste
sobre el Pichincha águila inmensa
Que se
doró las plumas con la intensa
Llama
que brota de su entraña ardiente.
Y en
Ayacucho el león que ama y perdona
Y con
la sangre hispana galardona
Aquel
campo sembrado de valientes.
0 comentarios:
Publicar un comentario